“UNA MIRADA SINGULAR”
Radio Cadena Eco
Lunes 14 de Junio 2010
De la colonización cultural sufrida por los antiguos habitantes de estas tierras y más recientemente de los abuelos inmigrantes europeos -polacos, italianos, españoles- recibimos una tradición que incluye numerosas costumbres. Muchas de ellas se arraigaron firmemente en nuestro modo de ser y, prácticamente sin revisión, las venimos cumpliendo hace algo más de quinientos años, aún cuando su origen permanezca para nosotros en la oscuridad de un pasado muy muy lejano.
Dentro de ese “paquete” de modalidades, se encuentran las fiestas populares y religiosas Tomemos una de ellas: la Navidad. La Navidad es la traducción que hace la iglesia católica de una fiesta popular, típica, en la antigua Roma, que se llamaba “Saturnal”. Como muchas otras fiestas, las saturnales estaban asociadas a las tareas de labranza, a los rituales que los pueblos campesinos realizaban, con el fin de obtener de la Tierra y el Sol el mejor maridaje, el que más favoreciera a sus cultivos.
La celebración estaba relacionada con la época de siembra invernal (cuyo resultado llamamos hoy “cosecha fina”) y se realizaba, justamente, cuando el Sol entraba en el signo de Capricornio, entre el 21 y el 24 de diciembre.
El labrador tiene siempre presentes a los grandes padres de la vida que son la Tierra y el Sol, y naturalmente busca que esas dos grandes fuerzas cósmicas se combinen del modo más ventajoso para su supervivencia, la de sus rebaños y el florecimiento y fructificación de sus cultivos.
El culto católico asentó sobre este pilar de la antigua cosmogonía humana, uno de los hitos del ciclo litúrgico: el nacimiento del niño, la siembra del hombre-dios.
Ahora, amigos, en el hemisferio Sur donde vivimos nosotros la época de la siembra de los cereales de invierno corresponde a la entrada del Sol en el signo de Cáncer, o sea a finales de junio y, sin embargo, por aquella imposición, nosotros festejamos la siembra en diciembre, cuando nuestros labradores están cosechando.
Este es un tema que nos interesa y por eso en la Escuela para el Desarrollo Armónico tomamos siempre en cuenta la relevancia que cada pueblo antiguo daba a la entrada en el invierno. Cuento para los que nos conocen menos que desde hace más de veinte años –ininterrumpidamente- festejamos el Solsticio de invierno como el punto más importante del ciclo anual y, muchas veces, con el fin de hacernos entender, le hemos dado respetuosamente el nombre de “navidad del Sur”.
Este año, con el despertar del interés general por las tradiciones propias de los antiguos pueblos de América, nos pareció que sería bueno ampliar los conocimientos que teníamos acerca de nuestra cosmovisión originaria. Fue así que, a través de la amiga Déborah Vidret, contactamos con Rubén Carrasco, un hijo propio de la cultura indígena de América y hombre preocupado por lo que significa a nivel mundial las tradiciones de los antiguos dueños de la tierra.
Ruben Carrasco es músico, intérprete de muchos, por no decir todos, los instrumentos propios de nuestra cultura raìz. Pero, además, él cuenta con conocimientos que harán muy rica su intervención en nuestro programa de esta noche.