jueves, octubre 19, 2006

Seguimos trabajando...

Nuestro trabajo sigue:

Este domingo nos veremos en el solar del aguador, para pasar un día de campo, disfrutar de un asado criollo y realizar actvidades en contacto con la naturaleza.

El próximo jueves, 26 de octubre, se realizará acá en la escuela la segunda Charla-Debate sobre La sexualidad, donde seguro podrás tratar tus dudas respecto a este tema. Te esperamos.

Te pasamos este texto porque nos parece muy interesante para reflexionar:

Acerca de “el sentido común”

Volver a contactar con usted representa el compromiso de la enseñanza. Abrir caminos para que fluya un conocimiento práctico y criterioso. Un a sabiduría obediente al sentido común.
El sentido común es una fuerza propia de la especie. Hasta podría definirse como el modo propio de lo humano, el aire que nos lleva a evolucionar, en una dirección compartida y a paso lento. Reconoce un camino por transitar a cada miembro de la especie: nos entrega ciertas formas, reglas de juego que nos preservan y, a la vez, nos animan a nuevas experiencias.
El cambio es intrínseco a lo vivo, de allí que su estado natural sea el equilibrio mientras que la seguridad es propia de lo inerte, que permanece inmutable.
Reconozco dos formas en el cambio: lo evolutivo y lo revolucionario. Esto último aparece periódicamente, como una fuerza invitada, y busca sacudir aquellas partes que se han ido quedando atrás. Las moviliza, las adelanta bruscamente y luego se reinstala la marcha lenta hasta el próximo brote revolucionario.

El sentido común es presentado a veces, un poco en broma un poco en serio, como “el menos común de los sentidos”: creo que esto se debe a que si bien nos es dado como propio de la especie, sin embargo para poder emplearlo en el juicio y resolución de situaciones, es necesario haberlo cultivado. Ser educado en el sentido común ayuda a mantener vivo su cultivo a lo largo de los años y permite sumar su fuerza a nuestros pasos.

Si contamos con el sentido común podemos entender los cambios en las costumbres de la sociedad, y acceder por ejemplo a las nuevas formas de relación, que son planteadas invariablemente por los jóvenes. Podemos compartir algunas pautas e intervenir en la modificación de otras en caso de darnos cuenta de que entrañan riesgo. Sin necesidad de prohibir, de coaccionar, de obligar ni someter, podemos dar el ejemplo, persuadir, ordenar mejor, proponer otro modo. Mostrarnos flexibles no nos quitará prestigio ni autoridad. Hacer notar un error en buena forma, ofreciendo alternativas, nos presentará como posibles consultores frente a dudas futuras.

Graciela Berchesi

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