Queremos contarles la experiencia de la clase abierta de expresión corporal que dimos el último jueves en la Escuela para el Desarrollo Armónico. Tenía como denominación la frase: "Todos podemos bailar". El objetivo era recuperar el placer por el baile; ejercitarnos en el proceso de comunicación a través del baile.
Me gustaría compartir mis impresiones de esta experiencia:
El aprendizaje desde el juego y la creatividad es una propuesta que facilita la disposición a aprender.
El acercamiento a los otros a través de la tarea les brinda alivio y satisfacción.
La contención progresiva que les brinda el trabajo en quietud, en un lugar tibio y blando, en el que buscan la conexión profundamente con ellos mismos a través de las sensaciones corporales.
La posibilidad de traspasar las limitaciones que se traducen en el movimiento de algunas partes del cuerpo por estimarlas vergonzantes. Estas actitudes experimentadas en la clase irán formando parte de la vida cotidiana.
La posibilidad de aprender los pasos de las danzas caribeñas: cha-cha-cha y salsa se convierte en un atractivo porque pueden llevar lo aprendido a encuentros sociales en los que el objetivo es encontrar nuevas relaciones de afecto.
Al final de la clase, abundan las sonrisas cómplices, la picardía, los movimientos voluptuosos, el encuentro de parejas en el baile.
Como resultado de este proceso el clima se hace cordial, alegre y franco. Se revelan deseos y proyectos al mundo de los afectos.
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